Jugar con masa es una actividad siempre estimulante y relajante para los chicos, permite trabajar la motricidad fina y gruesa, y permite muchas actividades diferentes.
Es importante que los niños conozcan todos los escenarios existentes en los que pueden jugar al aire libre. Los fines de semana y las vacaciones son una oportunidad
para disfrutar de espacios naturales donde desarrollar un juego de exterior más rico y con más potencialidades. Eso sí, cabe estar muy atento ante las posibilidades de
riesgo que se puedan originar, pero sin duda el juego en un entorno natural es una de las experiencias más gratificantes para pequeños y mayores.
Si nos fijamos, veremos que los niños/as juegan casi en todas partes y en todas las situaciones. El juego no sólo les divierte y les hace felices (que no es poco), sino que les ayuda a desarrollarse y a aprender. Los distintos tipos de juegos favorecen el desarrollo infantil en todas sus facetas (intelectual, motora, social, afectiva, lingüística...) y por ello todos los niños necesitan jugar. Jugar no es un capricho, es una necesidad.
La comunicación y la expresión de sentimientos se convierten en una tarea fundamental para las familias con niños en esta etapa. La consolidación de hábitos de vida saludables y actitudes de respeto y tolerancia son también retos a conseguir.