ELEGANTE COMPAÑÍA
Al mueble de petiribí lustrado suspendido de la pared, se agrega otro bajo con cajones: un espacioso conjunto diseñado a medida por la arquitecta y dueña de casa, María Cosentino. El de pared es vajillero y bodega: sobre él se apoyan pinturas, un florero y un pisapapeles de vidrio soplado. Sobre la chaise longue, almohadones de lana. El ambiente está decorado con objetos artesanales, como el camino y el centro de mesa de cemento con tulmas de colores, y los almohadones redondos. Atención: en el lateral de la chimenea se recortó un nicho como espacio de guardado adicional.
DAR LUGAR AL SABER
Para convertir este departamento en el estudio de una escritora, la arquitecta Victoria Falcón se planteó que era necesario, antes que nada, una amplia biblioteca. Aquí funciona un taller de literatura, con un escritorio para ocho personas enchapado en melamina blanca. Un módulo de la biblioteca en MDF de 18mm, pintada con esmalte blanco, encierra la TV. Un sector se diseñó como expositor para la colección de revistas dirigidas por la dueña de casa. Los estantes forman cubos con los libros y objetos varios: calendario, miniamplificador 'My Amp', lámpara 'Esc Lamp', cajas organizadoras y copas. Junto a la notebook, funda con estampas.
A LA ALTURA DE LAS CIRCUNSTANCIAS
En un cuarto de 1,50 x 1,50m se construyó una despensa muy rendidora. Los estantes de melamina blanca tienen diferentes alturas. Algunos estantes para vajilla se hicieron bajos, para colocar piezas que no deben apilarse en grandes cantidades por el peso y por la dificultad para acceder si las pilas son muy pesadas o inestables, con excepción de los platos. Al estar el espacio cerrado por una puerta, en el interior todo se conserva limpio, como en un mueble vajillero o aparador, con el plus de que aquí se aprovecha el total de las paredes con las estanterías del piso.
BELLEZA A LA VISTA
Sobre el fondo de color intenso de una de las paredes de esta cocina, el nicho de aproximadamente un metro de ancho permitió la colocación de ocho estantes de madera laqueada en blanco, distribuidos a distintas alturas. Es una solución que no requirió muchos recursos materiales, y sin embargo, aporta una capacidad nada despreciable de guardado. En este caso, todo se acomodó con gran prolijidad, tanto las piezas de vajilla fina en los estantes superiores como los frascos con alimentos secos y especias y las cajas organizadoras para los objetos más pequeños. De este modo, un espacio funcional tiene el valor agregado de aportar belleza, orden y buena disposición.
PENSAR EN LAS ALTURAS
El desnivel originado por la bajada de techo en la zona del living con respecto a la del comedor propició una franja "ociosa" de pared en altura, a la que se le dio uso como biblioteca en la forma de un estante corrido que se apoya sobre las vigas. Aquí, los libros alternan con objetos de decoración y forman una arcada que enmarca y delimita visualmente el paso entre los ambientes, con el lógico aprovechamiento del lugar. Si se cuenta con una superficie de pocos metros o existen grandes aberturas, deben explotarse al máximo estas alternativas en alto, aunque siempre será mejor que guardemos en ellas objetos que no se usen diariamente, pues se necesitará una escalera auxiliar para alcanzarlos.
Fuente: wwwespacioliving.com